Hace años que la ortodoncia dejó de ser un tratamiento exclusivo de los niños y adolescentes. No hay una edad límite para la ortodoncia; nunca es tarde para tener una sonrisa más bonita y joven.

De hecho, la ortodoncia es muchas veces una parte imprescindible del tratamiento odontológico que necesita un paciente:

• Cuando se pierde algún diente, los demás se mueven hacia ese espacio, descolocándose y afectando a la estética y a la oclusión. Para reponer con un implante o con un puente ese diente perdido, deberemos primero reubicar los demás dientes en la posición en la que estaban al principio. Muchas veces esto puede hacerse sin necesidad de poner brackets en toda la boca.
• Los pacientes con periodontitis se ven muy beneficiados por los tratamientos ortodóncicos, porque con los dientes alineados su higiene es mucho más sencilla. Estos pacientes además pueden sufrir, por la pérdida de encía que produce la periodontitis, movilización de sus dientes; con la ortodoncia se recuperará el alineamiento correcto de los mismos, para devolver a su sonrisa un aspecto joven y saludable.

La modernización de las técnicas ortodóncicas ha ido de la mano de la mayor demanda de estética por parte de los pacientes, sobre todo de los pacientes adultos, que no quieren renunciar a tener una bonita sonrisa pero les da cierta pereza tener que llevar los brackets metálicos convencionales.

Ahora tienen a su alcance una amplia variedad, desde los brackets metálicos convencionales, a otras opciones mucho más estéticas y discretas que se adaptan perfectamente a su vida diaria, como son los brackets de porcelana o de zafiro, los brackets autoligables, la ortodoncia lingual y la ortodoncia invisible o Invisalign. Por supuesto, el paciente debe dejarse asesorar por su ortodoncista en la elección del tipo de ortodoncia, puesto que no todo está indicado en todos los casos.

La única totalmente invisible

La ortodoncia lingual está revolucionando el mundo de la Odontología de una manera asombrosa. Es un sistema completamente estético, ya que los brackets van pegados en las caras internas de los dientes; no se nota que el paciente lleva ortodoncia, porque la cara visible de los dientes queda intacta, como siempre, mientras que los brackets linguales van alineando poco a poco los dientes y corrigiendo la maloclusión.

Para que no sean excesivamente voluminosos y molesten lo mínimo posible al hablar, los brackets linguales son de oro y se hacen a medida de la cara interna de cada diente de cada paciente. Es un sistema totalmente personalizado y de una precisión milimétrica.
Sin embargo, es cierto que resulta algo más difícil acostumbrarse, y es inevitable que aparezcan irritaciones en la lengua por el roce con los brackets durante las primeras 2 o 4 semanas.

Una vez hemos alcanzado los objetivos del tratamiento de ortodoncia, comienza una fase llamada Retención, que es tan importante como el tratamiento en sí.  Cuando hemos terminado la ortodoncia, se retiran los brackets y se colocan unos aparatos discretos, totalmente estéticos y confortables, que retienen los dientes para evitar que vuelvan a moverse a su posición inicial. Al principio estos aparatos han de llevarse 24 horas y luego sólo para dormir. La mayoría de las veces se pega en la cara interna de los incisivos inferiores un alambre muy fino que evita que estos dientes se apiñen.

De todos modos, la retención al igual que el resto del tratamiento, se individualiza en cada caso en función de las características de la maloclusión que hayamos corregido.